Más de doscientas acuarelas realizadas por Hans Hillman para el texto de Hammett conforman una obra precursora de la novela gráfica y un colosal homenaje a la ficción detectivesca. "«A Babe le gustaba Sue. A Vassos le gustaba Sue. A Sue le gustaba Babe. Y eso no agradaba a Vassos. Los celos minaron el juicio del griego...» El trabajo artístico que Hans Hillmann realizó para Matamoscas es, al mismo tiempo, un colosal homenaje a la ficción detectivesca y una obra precursora de la novela gráfica. Más de doscientas imágenes en una polifónica gama de grises configuran un film noir en papel en el que criminales y estafadores de poca monta gravitan entre las luces y sombras de una áspera California.