Las fronteras africanas establecidas a finales del siglo XIX destacan no solo por ser & x0201C;artificiales& x0201D;, sino sobre todo porque su creación es anterior a la de los estados que delimitan. Las potencias coloniales europeas invadieron el continente y acordaron repartírselo en la Conferencia de Berlín (1884-1885), pero lo que no deja de sorprender es que aquellas fronteras que nada tenían que ver con las etnias africanas anteriores se mantuvieran tras la descolonización. La explotación de los recursos naturales (diamantes, oro, petróleo, coltán& x02026;) y los conflictos que alimenta tambien se han mantenido; son conocidas sus consecuencias en países como Angola, Liberia, Sierra Leona, Sudán del Sur, Nigeria o la República Democrática del Congo.