Este libro no cuenta la historia del filósofo Emil Cioran sino la de unos jóvenes que creen en la utopía revolucionaria y usan este nombre como contraseña para reconocerse en la clandestinidad. Se trata en cierta manera un retrato conmovedor y grotesco de la condición humana y el idealismo juvenil universitario durante las décadas de los 80 y los 90 en el Perú una revisión entre serena y pesimista de las convicciones ideológicas así como una apuesta a favor de la racionalidad y la sensatez como fórmulas para acabar con el odio y la enemistad que destruyen a las sociedades debilitadas por la indiferencia y el egoísmo.