Lo que hoy entendemos por "sátira" no se corresponde exactamente con lo que se entendía en latín por «satura». Este término designaba un género literario histórico con una forma métrica fija, un tipo de poesía hexamétrica. Con "sátira" no nos referimos ahora a un género con forma propia, sino a un tono, una intencionalidad crítica que puede aparecer lo mismo en la poesía, en el teatro o en la narrativa. Pero los elementos de crítica y humor, más o menos agresivo y burlesco, sin los que no concebimos hoy la sátira, proceden de la sátira romana, cuyo espíritu satírico es capaz de encarnarse en cualquier otro género literario.
Juvenal es una de las voces más personales e influyentes de la historia de la sátira en la literatura occidental. Por la frescura y modernidad que conservan algunos poemas siguen llegándonos completamente vivas algunas de sus denuncias: el culto al dinero, la imposibilidad de vivir en la ciudad ruidosa y llena de peligros, el clientelismo infame, la tiranía, el servilismo político, etc. Incluso su xenofobia y su misoginia nos proporcionan por rechazo materia de reflexión y debate. Juvenal es un gran poeta que nos encandila y maravilla con la plasticidad de sus imágenes y la brillantez y fuerza arrolladora de su verbo.