Como cultor de las artes plásticas, José María Eguren (1874-1942) destaca como pintor y dibujante con una obra mal conocida por no encontrarse en ningún museo peruano. Por lo poco que se conoce de colecciones privadas y por las dos únicas exposiciones públicas de la pintura del poeta, pueden observarse huellas del impresionismo y del simbolismo pictóricos pero también una pintura estilizada, reminiscente de corrientes plásticas contemporáneas conocidas y asimiladas por un artista curioso como Eguren.
La Obra pláticas de Eguren no es, como pudiera pensarse, literaria ni un reflejo de su sorprendente obra poética y en ella puede observarse hasta dos momentos. el de los pequeños óleos que reproducen paisajes de carácter impresionista, cuadros todos ellos notables no solo por sus cualidades de penetración empática, sino por esa capacidad para mostrar, dentro de una pincelada, que se solaza en los detalles, la representación de una Naturaleza genuina. "Sus paisajes limeños son tan auténticamente limeños - afirma Teófilo Castillo- que resultan únicos, cual jamás los ha visto nadie. Creo que ningún pintor, sea nacional o extranjero ha llegado a dar con mayor exactitud y justeza la nota pictórica del cielo de Lima y su campiña que Eguren". Juicio notable por su exactitud y por venir de un pintor que era, además, crítico de arte. Pero, por otro lado, tenemos también la faz observada por Marcel Brion del Eguren que representa paisajes fantásticos y retratos extraños. Este es quizá el Eguren pintor más moderno que tiene sus raíces en la pintura simbolica de fines de siglo diecinueve pero que ha sido tamizada y estilizada por un gusto moderno y alimentada por una imaginación onírica.