Zoé Valdés regresa con esta novela, La salvaje inocencia, al territorio de sus desgarradas nostalgias, La Habana, para cartografiar las ensoñaciones de una niña, las fantasías y frustraciones de una adolescente, el amor de una joven que descubre los laberintos del sexo con la misma pasión que anhela la libertad. Entre las ruinas de la ciudad de la desesperanza se alza su voluntad de sobrevivir y su deseo de escapar del infierno. "Hay una retórica femenina de lo erótico que puede resultar tan empalagosa y aburrida como el onanismo. Y hasta Ana de Noailles cayó en eso. Pero, claro, también hay una Santa Teresa, una Mariana Aljofarado, unas hermanas Brontë, una Virginia Woolf o esa poeta tremenda alemana que se llama Ingeborg y cuyo apellido ahora se me esfuma, y es entonces cuando la cosa se pone grave y hay que oír esas voces, porque son las voces de la tierra madre, de Deméter, de Perséfone, de los grandes misterios y no hay hombre que haya siquiera alcanzado a tocar el cielo por el que ellas navegan como unas locas despeinadas, vociferantes y certeras. Zoé, tú vas por ese camino. Casi tengo miedo de decírtelo. Pero yo sé que cuando uno tiene tu edad nadie le dice esas cosas y se da contra las paredes y torna a levantarse y vuelve a caer y muchas veces se agita en esa brega". Álvaro Mutis
"Zoé Valdés es una escritora cubana muy importante que vive en el exilio, en Francia. Es muy bien conocida en la comunidad de habla española por la calidad de su obra y por el coraje de su lucha contra la dictadura cubana en particular y, en general, por su crítica a todos los regímenes autoritarios y totalitarios, y por su permanente defensa de los derechos humanos y de los periodistas y escritores que son perseguidos en todo el mundo". Mario Vargas Llosa