En La piel, el relato del Napoles liberado por los aliados, donde tanto vencedores como vencidos sucumben a la corrupcion, se convierte en metafora de un mundo podrido por el hundimiento moral que significo la Segunda Guerra Mundial. Con un estilo vivo, a un tiempo sarcastico y poetico, Malaparte recrea con toda crudeza las vicisitudes de su pueblo hambriento: piedad, grandeza, verguenza, abyeccion, ternura, orgullo o menosprecio afloran en las paginas de un libro magistral que presentamos, como en su momento Kaputt, en una nueva traduccion a partir de la version definitiva del autor. Una sobrecogedora historia en la que se muestra que la frontera ultima de nuestra humanidad es siempre la piel. 'La piel, nuestra piel, esta maldita piel. Usted no puede ni imaginarse de que es capaz un hombre, de que heroicidades y de que infamias es capaz con tal de salvar la piel. Esta, esta piel asquerosa. Antes soportabamos el hambre, la tortura, los martirios mas terribles, matabamos y moriamos, sufriamos y haciamos sufrir para salvar el alma, para salvar nuestra alma y la de los demas. Hoy en dia sufrimos y hacemos sufrir, matamos y morimos, realizamos hazañas maravillosas y actos horrendos no ya para salvar el alma, sino para salvar la piel. ¡Nos convertimos en heroes por algo bien mezquino!'En La piel, el relato del Napoles liberado por los aliados, donde tanto vencedores como vencidos sucumben a la corrupcion, se convierte en metafora de un mundo podrido por el hundimiento moral que significo la Segunda Guerra Mundial. Con un estilo vivo, a un tiempo sarcastico y poetico, Malaparte recrea con toda crudeza las vicisitudes de su pueblo hambriento: piedad, grandeza, verguenza, abyeccion, ternura, orgullo o menosprecio afloran en las paginas de un libro magistral que presentamos, como en su momento Kaputt, en una nueva traduccion a partir de la version definitiva del autor. Una sobrecogedora historia en la que se muestra que la frontera ultima de nuestra humanidad es siempre la piel. 'La piel, nuestra piel, esta maldita piel. Usted no puede ni imaginarse de que es capaz un hombre, de que heroicidades y de que infamias es capaz con tal de salvar la piel. Esta, esta piel asquerosa. Antes soportabamos el hambre, la tortura, los martirios mas terribles, matabamos y moriamos, sufriamos y haciamos sufrir para salvar el alma, para salvar nuestra alma y la de los demas. Hoy en dia sufrimos y hacemos sufrir, matamos y morimos, realizamos hazañas maravillosas y actos horrendos no ya para salvar el alma, sino para salvar la piel. ¡Nos convertimos en heroes por algo bien mezquino!'