Toda filosofía es metafísica o se lamenta de no serlo. La metafísica nos debe llevar a estar atentos a la belleza del mundo y ayudarnos a descubrirla. Incluso cuando el mundo va mal, la belleza existe. La idea básica de la metafísica es que esta belleza tiene una razón, y que el hombre es parte de ella. Al descubrir la belleza de las cosas, al reconocer la dignidad del ser humano y atreverse a pensar en su capacidad de trascendencia, la metafísica nos proporciona razones para vivir, ser y esperar. Nuestra comprensión del mundo reposa, pues, en la relación con los demás, con el medio ambiente, con nosotros mismos, con el más allá o su silencio.