El día 23 de julio de 1870, el Diario de Noticias de Lisboa insertaba una nota de última hora que decía así: «A punto de cerrar nuestra edición, hemos recibido un escrito singular. Se trata de una carta sin firma enviada por correo a nuestra redacción. En ella se inicia una narración estupenda acerca de un horrible y misterioso suceso. El interés que despierta y su calidad literaria nos determinan a transcribir íntegro tan interesante documento, cosa que haremos mañana domingo». Y efectivamente, al día siguiente, 24 de julio, el pueblo de Lisboa, que se disponía alegremente a presenciar un desfile conmemorando la entrada del Ejército liberal, vio sobresaltada su habitual modorra con la lectura de aquella primera noticia aportada por un incógnito doctor X, al parecer testigo, y en parte protagonista, del sensacional misterio que ya desde aquel mismo día se empezó a conocer como El misterio de la carretera de Sintra.