El libro, quizá, no es el soporte ideal para alojar los poemas de Santiago Méndez Alpízar, Chago. Aunque este libro no mengua, en ningún caso, la posibilidad de adivinarles sus ámbitos naturales ; los espacios a los que estos textos pertenecen por derecho propio. Los imaginamos en los muros de Madrid, como grafitis de una vida que imprime sus huellas en la intemperie. O bien en las pantallas del Metro; como aquellos anuncios agónicos de Jenny Holzer: Protect Me From What I Want.