.En Acto de fe, Santiago Aguilar interroga, por un lado, a la historia sobre la verdad o las muchas verdades acontecidas con el antiguo Perú; y por otro, a si mismo para descubrir quién está detrás de la historia que narra como un poseido.
Con un lenguaje, aveces barroco y a veces popular, Aguilar somete a la guillotina de sus juicios el objeto en que cree (el pasado idílico destruido por la voracidad de los conquistadores españoles) y la persona que realiza el acto de creer (el poeta que procura a duras penas que el lenguaje diga lo que tiene que decir).
Este libro es un ajuste de cuentas con la lógica de la historia y un cuaderno de quejas y contentamientos sobre el duro oficio de la poesia. En medio de estos extremos, la belleza surge banal y preofunda, seca y balbuceante y, sobre todo, tierna y descarnada para tocarnos con sus finos dedos.